"¡Quién sabe si todas estas cosas no son disparatadas! Pero mire usted, doctor: las cosas importantes dependen regularmente del hecho de tomarlas en serio." Robert Musil, El hombre sin atributos

jueves, marzo 27, 2008

Patterns.

No quiero hablar, escribir u oir todos los gritos alrededor del ausente debate de las retenciones al agro. Prefiero exiliarme por ahora en otros temas.

Pero no puedo evitar esto. Aunque descreo del uso de los ciclos bursátiles como explicativos del estado de una economía, y menos en los mercaditos ilíquidos como el nuestro, el Merval de hoy es sorprendentemente agudo y elocuente:

Parece el electrocardiograma de un infartado!

domingo, marzo 16, 2008

Esa manía de prohibir.

Según informan los diarios de la semana pasada, se ha convertido en ley el proyecto de modificación de la ley de defensa del consumidor. Entre muchas buenas -posibles- soluciones, trae algunas perlas de difícil digestión. De lo poco que he leído, hay allí escondidas algunas de las muestras más claras de la persistente insensatez del pensamiento jurídico vulgar. Una es la inexplicable prohibición de la sobreventa de pasajes aéreos.

Todo el mundo sabe más o menos como funciona esto. Las aerolíneas tienen acumuladas series de datos sobre las tasas de ocupación efectiva de las aeronaves, y tomando en consideración esa tasa de no show ajustan hacia arriba los pasajes que venden. Si un avión tiene cien plazas, y la tasa constante de inasistencia es del -supongamos- 15%, la aerolínea venderá 115 pasajes.

El problema se presenta cuando esa previsión estadística falla. Idealmente, ese margen de error debe ser el más mínimo posible. Para eso vale la pena que contraten a buenos estadísticos. Pero la aparición de un cisne negro siempre es una posibilidad. Si eso llega a ocurrir –si se presentara el pasajero 101– , la aerolínea puede contar con un convenio de contingencia con otra empresa. En caso contrario, tendrá un problema con ese pasajero.

Ahora bien, la solución eficiente para la contingencia de ese caso excepcional, ¿es acaso prohibir totalmente la práctica de la sobreventa? ¿No es más racional estipular una indemnización lo suficientemente alta como para compensar el viaje demorado? También eso podría ser acompañado por una sanción contra la aerolínea por haber implementado un sistema defectuoso de cálculo.

Porque la consecuencia lógica en el caso de la solución legal es que esos quince pasajes menos que podrán vender las aerolíneas serán cargados sobre los otros cien.

El corolario es que se venderán menos pasajes, los aviones volarán con quince asientos vacíos, y para compensar la demanda insatisfecha deberán volar más aviones. Los pasajes serán carísimos, la eficiencia del mercado aéreo caerá –con su pequeña incidencia en el PBI– , se desperdiciará combustible y el daño ambiental será mayor por la mayor quema de aeronafta. Todo, por algo que se podría arreglar simplemente con una buena indemnización y eventuales sanciones.

Update: Alberto Bovino dejó un interesante comentario, sosteniendo lo contrario a lo que escribo en el post. Luego de su comentario, mi respuesta con la que creo aclarar el alcance de mi queja.

miércoles, marzo 12, 2008

Cosas que se leen por allí

Hoy en El Dial se reproduce una monografía que, de acuerdo a lo que allí dicen, ganó el primer concurso de monografías jurídicas sobre "alta tecnología". El tema es biotecnología, y justamente un tema que me resulta más o menos cercano en lo profesional que es el tema agrario.

El trabajo, lamento tener que decirlo, es muy malo. Mal escrito -el autor tiene una tendencia a poner el cuádruple de las comas necesarias-, mal investigado -hay un sinnúmero de hechos sin indicación de fuente o referencia, como que es en Argentina transgénica "el casi 100% de la soja" o que las retenciones son de "casi la cuarta parte del precio" a fines de 2007-, e incoherente.

La incoherencia es clara por cuanto al principio parece tener una actitud positiva hacia las innovaciones biotecnológicas, y luego empieza a citar fuentes partisanas y sin compromiso con el rigor científico como www.grain.org, o hablando en un sólo párrafo de "ética", "conservación" y "sustentabilidad" respecto al ambiente y a la actividad agraria; cosas que denotan puntos de vista muy diversos en la discusión sobre estas innovaciones. Termina proponiendo que ninguna tecnología sea aprobada sin exhaustivos análisis sobre su inocuidad humana, al medio ambiente y al resto del agro, con la intervención de ONGs ecologistas y de cultivo orgánico. Hasta parece condenar los cultivos híbridos, algo que está entre nosotros hace cincuenta años. El problema no es con la orientación que uno adopte; lo que no vale es proponer mecanismos que nunca funcionarán, y tampoco el querer quedar bien con dos posturas casi antagónicas.

Vale una mención aparte al momento en el que señala que la Asociación Argentina de Protección de las Obtenciones Vegetales tiene como función que se respeten los derechos de propiedad de cultivares; bien es sabido que dicha asociación agrupa a los obtentores, es privada, sin atribuciones legales especiales, y que como mucho presenta denuncias ante los entes estatales competentes. También me permite intuir que fue un "cut and paste", dado que es el único momento en el que casi parece hablar del verdadero conflicto, que es el de los derechos de patentes y los derechos de obtentor.

Podría señalar muchísimos errores, algunos gravísimos, en dicho trabajo. Pero no vale la pena. Lo que sí es preocupante es que ese trabajo no parece haber sido leído seriamente por nadie -errores tipográficos, de puntuación y de nomenclaturas- y que, a pesar de todo, fue objeto de un premio por una carrera de especialización de la UCA!

martes, marzo 11, 2008

Estado y desarrollo

Un sector público vigoroso y eficiente es uno de los ingredientes esenciales para el éxito de una nación. Al menos eso es lo que se puede extraer de esta interesantísima nota de The Economist.

India sirve como un ejemplo privilegiado. Tienen un sector público muy importante en tamaño relativo a su PBI -una herencia de su pasado socialista, no del todo abandonado-, pero ese sector falla miserablemente por los pésimos métodos de administración. Es muy gráfico el ejemplo del gobernador de una zona con casi dos millones de habitantes que pasa sus tardes recibiendo peticiones de una pensión, la propiedad de una vaca o el proyecto de levantar una estatua en honor de alguna celebridad local.

La insistencia permanente en privilegial al sector privado, como en los hechos lo hace China, tiene un límite. Sin un Estado desarrollado -ni pequeño ni bobo- e instituciones verdaderamente democráticas no hay salida del subdesarrollo, parece indicar este caso.