El proyecto del gobierno de lavado legal y amnistía general que se presentó esta semana es una de las piezas jurídicas más intragables que este país ha brindado en las últimas décadas. Sé que va a ser difícil que salga así como viene: hay muchos beneficios que implican transferencias de riqueza impresionantes para quienes vayan a aprovecharla, y esta ley es además la materia con la que están hechos los juicios políticos. Si un diputado o senador leyera este blog, permítame ser su asesor ad honorem por un segundo diciéndole que no vote este mamotreto.
El proyecto es indefendible desde cualquier punto de vista que se me pueda ocurrir. Termina de pervertir los pocos incentivos sanos que existían a cumplir con la ley. Pone en plano de estricta igualdad a toda la gama de grises abarcadas entre el criminal y el ciudadano virtuoso. Desfinancia aun más al sistema de seguridad social. Pulveriza la imagen del país en la lucha contra el lavado de dinero. Convierte a la DGI en la financiera más barata del continente. Además, parece una amnistía preventiva, como si la absolución precediera al pecado...
Tal vez lo más triste es que termina dando la razón a los cínicos que siempre dicen que cumplir las leyes es cosa de idiotas o de calculadores.
Comento los puntos que más me preocupan del proyecto.
Aspectos penales: el proyecto prevé una amnistía a sola firma. No importa si tuviste juicio en dos instancias y las perdiste. Si todavía tenés un recurso extraordinario pendiente en la Corte, rezá para que la ley salga rápido y firmá, que pagando un ocho por ciento te podrás sacar todo de encima.
Además, si yo fuera fiscal o abogado querellante de la AFIP o del Banco Central, ¿qué cara tendría ahora? Habría malgastado años de mi vida en intentar enjuiciar a evasores y delincuentes económicos ya que ahora, con la excusa torpe y mal hilvanada de una crisis que hasta hace dos meses nos pasaba de largo, somos todos buenos tipos.
Cuidado con esto. Si esto sale, y estas aguas del Leteo purifican a asociaciones ilícitas para evadir, vamos a tener una brutal inconstitucionalidad colgando de nuestro sistema jurídico.
Aspectos laborales: acá se perdonan deudas ajenas. A ver si entendemos: la seguridad social no es del gobierno. No. Es de los trabajadores y de los habitantes del país, y la administra el Estado. El gobierno no puede eximir alegremente a quien tuvo gente en negro de pagar siquiera el capital de lo adeudado. No se ha tenido siquiera la delicadeza de distinguir la retención de aportes no ingresados (que representa una sustracción ilegítima al salario de un trabajador) del simple no pago de las contribuciones (que es un problema meramente fiscal, entre la AFIP y el empleador).
También la ley "perdona" no haber pagado cotizaciones a las ARTs, a los sindicatos por las cuotas sindicales y a las Obras Sociales. Siempre me conmuevo cuando veo cómo el Estado perdona lo que Juan debe a Pedro.
Incluso la ley permite que el tiempo trabajado en negro pueda ser computado como trabajado con aportes, hasta un máximo de cinco años. Sin que el empleador pague NI UN SOLO PESO. Entonces, esa carga de seguridad social evadida ilegalmente, la levantarán los tarados que tuvieron a sus empleados registrados.
Sobre el blanqueo de capitales, por otra parte, hay mucho, demasiado para decir. Recobraré el aliento para un próximo post.
El proyecto es indefendible desde cualquier punto de vista que se me pueda ocurrir. Termina de pervertir los pocos incentivos sanos que existían a cumplir con la ley. Pone en plano de estricta igualdad a toda la gama de grises abarcadas entre el criminal y el ciudadano virtuoso. Desfinancia aun más al sistema de seguridad social. Pulveriza la imagen del país en la lucha contra el lavado de dinero. Convierte a la DGI en la financiera más barata del continente. Además, parece una amnistía preventiva, como si la absolución precediera al pecado...
Tal vez lo más triste es que termina dando la razón a los cínicos que siempre dicen que cumplir las leyes es cosa de idiotas o de calculadores.
Comento los puntos que más me preocupan del proyecto.
Aspectos penales: el proyecto prevé una amnistía a sola firma. No importa si tuviste juicio en dos instancias y las perdiste. Si todavía tenés un recurso extraordinario pendiente en la Corte, rezá para que la ley salga rápido y firmá, que pagando un ocho por ciento te podrás sacar todo de encima.
Además, si yo fuera fiscal o abogado querellante de la AFIP o del Banco Central, ¿qué cara tendría ahora? Habría malgastado años de mi vida en intentar enjuiciar a evasores y delincuentes económicos ya que ahora, con la excusa torpe y mal hilvanada de una crisis que hasta hace dos meses nos pasaba de largo, somos todos buenos tipos.
Cuidado con esto. Si esto sale, y estas aguas del Leteo purifican a asociaciones ilícitas para evadir, vamos a tener una brutal inconstitucionalidad colgando de nuestro sistema jurídico.
Aspectos laborales: acá se perdonan deudas ajenas. A ver si entendemos: la seguridad social no es del gobierno. No. Es de los trabajadores y de los habitantes del país, y la administra el Estado. El gobierno no puede eximir alegremente a quien tuvo gente en negro de pagar siquiera el capital de lo adeudado. No se ha tenido siquiera la delicadeza de distinguir la retención de aportes no ingresados (que representa una sustracción ilegítima al salario de un trabajador) del simple no pago de las contribuciones (que es un problema meramente fiscal, entre la AFIP y el empleador).
También la ley "perdona" no haber pagado cotizaciones a las ARTs, a los sindicatos por las cuotas sindicales y a las Obras Sociales. Siempre me conmuevo cuando veo cómo el Estado perdona lo que Juan debe a Pedro.
Incluso la ley permite que el tiempo trabajado en negro pueda ser computado como trabajado con aportes, hasta un máximo de cinco años. Sin que el empleador pague NI UN SOLO PESO. Entonces, esa carga de seguridad social evadida ilegalmente, la levantarán los tarados que tuvieron a sus empleados registrados.
Sobre el blanqueo de capitales, por otra parte, hay mucho, demasiado para decir. Recobraré el aliento para un próximo post.
7 comentarios:
Ulrich,
me gusta el post!!
lo que más me gusta: "la seguridad social no es del gobierno...es de los trabajadores... y la administra el Estado"
saludos,
[tengo pendiente una respuesta sobre el tema del piso indemnizatorio, lo sigo defendiendo, el lunes vuelvo y escribo un poco...]
martín
No sabía que fuera tanto. No leí el proyecto. Me parecía algo en el esquema confiscación-AFJP: yo agarro un toco hoy y comprometo al Estado en mucho más a futuro, pero no me importa porque a futuro no voy a ser Presidente.
No quiero contrariarlo, pero creo que esta ley pasa como por un tubo.
Muchos de los que levantan la manito, o sus amigos se van a aprovechar de esta ley.
Ojalá me equivoque.
En realidad muchas de las medidas de gobierno, no sólo de este, indican una deficiencia estructural muy grave. El pasar por alto ciertos principios básicos del derecho me alarma porque los hechos pasan y acumulan fuerza explosiva en todo nuestro esquema legal. Me preocupa la impotencia de los ciudadanos concientes y de los juristas en especial de no disponer de mecanismos para cambir el rumbo de toda esta destrucción jurídica.
Campeón: Pensás seriamente que esto pasará así por el congreso? Mirá, ya deben haber empezado a sonar los teléfonos desde Washington y la embajada, con la guita sucia no se jode, por más desesperado que estés de caja y verdes (ambos a la vez, la caja también está anémica), es una política de estado allá, sea Bush o el mulato. Y lo que saldrá desde el Congreso será una versión "light", bastante edulcorada, ojota.....
Martín, gracias por pasar. Muy recomendable la lectura de su post sobre el piso indemnizatorio (y del resto de los posts también!). Una de las fichas que le tiene que caer al ciudadano promedio de éste país es que el capital acumulado por el Estado es capital social, y nunca, nunca, capital de los gobernantes.
Ulschmidt, este proyecto es muy distinto a los disparates anteriores. Tengo la impresión que la osadía de los proyectos va cobrando cada vez más intensidad. Cosas que se ven hoy -AFJPs, Ley de Lavado Gratis- no eran concebibles hace un año.
Adrián, espero también que esté equivocado. Yo creo que la ley esta es demasiado extremista, demasiado intragable para muchísimos políticos, oficialistas incluidos. Para muchos sería tragarse no ya un sapo, sino un dragón de Komodo.
V, es muy cierto lo que dice acerca de la acumulación de tensiones... la cantidad de normativa inconstitucional que rige el derecho público actual ha deformado a tal punto las prácticas del Estado que volver a la normalidad va a ser dificilísimo. Me refiero a normativa de emergencia que rige desde el 89, super poderes presupuestarios, regímenes de excepción aquí y allí, discrecionalidad fiscal, etc.
Anónimo, tengo la esperanza de que no saldrá así. No por los mejores motivos, sino al menos por las presiones externas y por la negativa de muchos legisladores de habilitar un negociado semejante sin contraprestación...
Para neutralizar sus efectos si saliera asi alcanzaria una declaración de TODA la oposición comprometiendose a ni bien sean mayoria parlamentaria o gobierno, investigar el origen de los fondos que acepten el blanqueo y reabrir todas las causas judiciales por evasión que esta ley cierre. No será muy republicano pero en la argentina de hoy todo es posible y ni los amigos de Nestor se van a exponer a que cuando la era K se acabe le confisquen sus dinerillos. Con lo cual nadie se va a acoger al blanqueo.
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