"¡Quién sabe si todas estas cosas no son disparatadas! Pero mire usted, doctor: las cosas importantes dependen regularmente del hecho de tomarlas en serio." Robert Musil, El hombre sin atributos

jueves, junio 28, 2007

Send our regards to Brown v Board of Education

No soy bueno para las aliteraciones o recursos graciosos, y espero que Sir Paul McCartney no se enoje conmigo. Pero la superficial lectura de las reacciones que hoy mismo suscitó el último y más esperado caso fallado por la Corte Suprema de los Estados Unidos me hizo ver unos cuantos pasos más lejos al célebre "Brown"

En ese caso, conocido hasta el hartazgo y mucho mejor comentado por cualquier otro (este es un buen punto de partida para la literatura acerca del caso), la Corte de 1954, presidida por el justice Warren, había derribado todos los esquemas de segregación racial escolar existentes en los Estados Unidos hasta ese momento. A partir de entonces, el movimiento de derechos civiles y figuras tan disímiles como las de Martin Luther King y Malcolm X comenzaron a tomar una preeminencia antes inimaginable.

Quizás lo más crucial de esa decisión fue algo que, paradójicamente, puede calificarse como fuertemente antidemocrático, que es el gobierno por parte de oficiales no electos. En este caso, contra la conciencia electoral de medio país y de sus representantes políticos, nueve personas unánimemente obligaron a un cambio de 180 grados para la vida política y cultural de un país. Y quizás esto sea lo más valioso del sistema judicialista: a veces, cuando los cambios no van a salir por vías políticas, un grupo de ilustrados no votados pueden ser el punto de apoyo para un cambio de dirección que se encontraba en una situación de estancamiento fatal.

Hoy, en el caso "Parents Involved in Community Schools v. Seattle School District" (sus 184 páginas, aquí), la actual Corte presidida por el justice Roberts dio vuelta todo lo elaborado hasta hoy desde "Brown", considerando inconstitucional dos esquemas de integración racial por parte de dos distritos escolares, uno de Seattle y el otro de Louisville. El principal argumento ha sido la inconstitucionalidad de establecer la raza como factor relevante para la asignación de los alumos, siguiendo una vieja y astuta línea conservadora, enemiga de todo mecanismo de affirmative action.

En general, siempre he encontrado en los juristas argentinos mucha resistencia a la affirmative action, y no por resultar ellos necesariamente conservadores. A nuestra conciencia política y jurídica nos resultan un poco incomprensibles y parecen injustos. Siempre he pensado que eso se ha debido a que nosotros hemos decidido abordar las cuestiones de integración de maneras diferentes, aunque no por ello mejores.

Aquí creo que se da un fenómeno que es la especificidad cultural de ciertas soluciones jurídicas. Predicar que una u otra son justas o injustas en sí es más producto de inocencia y superficialidad de análisis, producto quizás de una comprensión un tanto simplista del derecho natural en algunos, o de presupuestos de filosofía política de trazo grueso, en el caso de los iuspositivistas.

El tema sigue abierto, de todos modos. Parece que Kennedy dijo en su voto concurrente que este caso es una derivación, y no un abandono, de Brown. Por el contrario, el decano John Paul Stevens afirmó en su disenso que la Corte de 1975 a la que el se incorporó jamás habría votado este fallo.

Me voy ahora a espiar un poquito el fallo, ya que al presente momento casi nadie lo ha podido leer entero.

3 comentarios:

Damián dijo...

Ulrich,
Sinceramente el fallo de la Corte de US me causó muchísimo rechazo por varios motivos: primero por el poder contramayoritario que tienen esos ilustrados. Es decir, era una política que dentro de todo tenía bastante aceptación allá, solo existía una caso (Bakke c. Berkley) en el que se prohibieron las cuotas pero se permiten otras acciones afirmativas como las que se aplicaban en los colegios y universidades.
Segundo, y siguiendo con tu comentario sobre pornografía y las "iluminadas" en el otro blog, podemos decir lo mismo al juez de raza negra. Votó en contra, otra vez parece que Marx no se equivocaba respecto a la falsa conciencia.
Tercero, es verdad que hay bastante rechazo en Argentina, pero creo que eso es meramente intuitivo. la gente poco sabe sobre estos temas. Tal vez con el tiempo, cuando se publiquen más cosas, la discusión se pondrá linda. Ahora se lo ve como una cosa de mujeres y discapacitados, no desde una mirada democrática. Por lo menos desde mi experiencia.

Bueno, perdona la extensión pero es un tema que me apasiona muchísimo. Ah, se agradece si haces un comentario del fallo porque la verdad es que son 185 páginas en inglés y me da mucha fiaca (es inconsistente con la pasión que dije, no?)
Saludos y muy buen blog!

Anónimo dijo...

Estimado Ulrich:

Sólo una especie de chivo. Ha salido publicado en la última Nueva Doctrina Penal (2007/A) un trabajo de un joven abogado estadounidense, Jeremy Robbins, que se llama "Re-leyendo "Brown...", Marbury..." y Verbitsky...", que echa por tierra unos cuantos mitos que tenemoas por estos pagos sobre los dos primeros fallos del título.

Saludos,

ABovino

Ulrich dijo...

Uy! No había visto estos interesantes comentarios! Pido disculpas, y espero que puedan leer mi respuesta, aunque poco pueda aportar.

Castel, veo por tu comentario que estás más al tanto que yo en estos temas. Sigo a la SCOTUS más por la actualidad que por un estudio sistemático.

El caso de Clarence Thomas es fascinante, y se han llenado tomos acerca de su mentalidad jurídica. Creo que el fallo ha sido un retroceso grave, y visto en perspectiva con toda la producción de esta temporada de la corte Roberts, podemos decir que se ha tomado una dirección bastante retrógrada.

La discusión en nuestro país todavía padece de ciertas falencias. Es más urgente para nosotros, quizás, contar con un marco jurídico-institucional coherente y sólido, antes que discutir casos más precisos como lo hacen en EEUU. Pero, por otro lado, nosotros no padecemos una guerra cultural, y en algunos aspectos nuestros conservadores son menos cerriles que en aquellas latitudes. No salen a protestar cuando la Corte falla en favor de mayores coberturas de seguridad social o de discriminación.

Alberto, gracias por el dato. Voy a ver si, con algo de tiempo, le echo una ojeada. Esos fallos americanos son ejemplos muy interesantes de un diseño constitucional que todavía tenemos pendiente por resolver.