"¡Quién sabe si todas estas cosas no son disparatadas! Pero mire usted, doctor: las cosas importantes dependen regularmente del hecho de tomarlas en serio." Robert Musil, El hombre sin atributos

miércoles, octubre 29, 2008

Vivir sin lo nuestro

No sé si estamos condenados al éxito, como dijo alguien; pero mi sentido de la síntesis se conforma con el "condenados" a secas.

Hay gente que sabe que ha hablado ya sobre este tema, aunque yo no coincida totalmente con nadie en particular. Gustavo Arballo, por ejemplo, tiene un pronóstico un tanto escéptico respecto a las demandas judiciales que suscite esta reforma. Tiendo a compartirlo, en cuanto a que los aportantes tienen perspectivas poco atractivas para litigar. Luis Herrero, que ocupa una vocalía en esa Cámara que se creó para diferir el pago de las jubilaciones y que no dudamos que sabe mucho de previsión social, dice en esta entrevista no se siente cómodo con que muchos piensen distinto a el y hace una interpretación bastante extremista de la Constitución. Carmencita en cambio la ve venir, y tiene razón: los reclamos de las AFJPs superan los montos mínimos para que entren por recurso ordinario de apelación a la Corte.

Pero quedan muchas cosas que no me terminan de cerrar.

Una es la resistencia de la Presidente y de sus subordinados a obligarse a rendir cuentas de sus actos. Cuando hablan parecen estar convencidos de que exigir esa rendición de cuentas fuera un acto de indigna desconfianza y algo, en el fondo, un poco mezquino. Debemos presumir contra toda evidencia de que son honorables, confiables e íntegros. Ejemplo casi obvio de ello es que en el sitio de ENARSA no hay link alguno para encontrar un balance. Algo que hasta la más malévola empresa privada debe poner a disposición.

Otro tema es el de la coparticipación. El Estado Nacional sigue haciendo cuentas con todo recurso que hay en el país como si fuera propio y que tiene la discrecionalidad absoluta para coparticiparlo vía ATN.

La estatización de una actividad genera responsabilidad del Estado por acto lícito. El proyecto tiene un horrible método de resarcimiento de ese daño. Aunque sea perfectamente razonable , desde el punto de vista meramente táctico, que el Estado pretenda imponer condiciones malas para forzar a litigar y luego arreglar, convengamos en que no es un método muy inteligente de generar confianza en el público y de cimentar el Estado de Derecho o, siquiera, una imagen del Estado como un actor de buena fe.

Para aportar algo, y pensando más en el control de los daños que generará este proyecto si sale aprobado, sugiero que en el proyecto de ley -aunque no le guste al K-man- se agreguen artículos que digan cosas como:

  1. Sanciones para todos los involucrados si los fondos se aplican a fines distintos a "preservar las jubilaciones". O sea, si hacen una obra pública como el tren bala con eso, cuya tasa de retorno sea negativa, quiero ver gente presa. Por décadas.
  2. La separación de la ANSES del ente que administre estos fondos. No es lo mismo tramitar solicitudes y girar pagos que administrar el portfolio más grande del país. Mecanismos que tiendan a minimizar la selectividad del Estado en la selección de proyectos a invertir.
  3. Menos declamaciones y más garantías operativas de que la movilidad se va a respetar. Ya dictaron una ley que no respeta el criterio de "Badaro I y II" de ninguna manera. No tienen por eso la confianza de nadie a ese respecto.
  4. Una suspensión del trámite legislativo para que se elaboren informes técnicos que fundamenten una reforma. Una ley previsional requiere que todos sus aspectos tengan fundamentos actuariales, financieros, económicos y legales un poco más sólidos que lo que hemos visto hasta ahora. Si es que ha habido algo realmente para ver, más que discursos de barricada.
Una idea para llevar a cabo el punto dos al menos es crear un ente de derecho público no estatal. Es decir, un instituto que no sea parte de la Administración Pública, ni central ni descentralizada. Que tenga un directorio formado por trabajadores, jubilados, el defensor del pueblo, legisladores, y uno -sí, sólo uno- del Poder Ejecutivo. Que nunca pueda detentar la presidencia, y que el PEN nunca, pero nunca NUNCA, pueda intervenir por sí solo al instituto.

Ya sé, el INSSJyP (a.k.a. PAMI) es así. Y todos sabemos cómo le ha ido. I'm outta ideas...

2 comentarios:

Ana C. dijo...

Pero yo sí coincido con vos en todo!

Es una buena idea que puede desvirtuarse por completo si no se implementa bien, con las salvaguardas y fundamentos que vos decís.

Ulrich dijo...

Jaja, bueno Ana, yo hablaba de cuestiones de detalles!

A mí nunca me gustó el sistema de AFJPs. Y cuando estudié finanzas, me gustó aun menos. Pero borrarlo de un plumazo y sin hacerse cargo de lo complejo del "desarme", es una canallada.

Además, me gustaría que esto fuera manejado por otra gente, y no por estos nigromantes. Mi stock de paciencia ya está en rojo.