"¡Quién sabe si todas estas cosas no son disparatadas! Pero mire usted, doctor: las cosas importantes dependen regularmente del hecho de tomarlas en serio." Robert Musil, El hombre sin atributos

lunes, enero 28, 2008

Que alguien me explique...

por qué esto es calificado con tanta insistencia como ilegal. Sin perjuicio de la responsabilidad que le cabe a la hipotética mafia que pudo haber creado la escasez de monedas.

5 comentarios:

Ana C. dijo...

En todo caso es medio raro. Lo que pasa con las monedas en Argentina es rarísimo y hace 20 o 30 años no pasaba.

Y a mí se me ocurren dos cosas. Una es que el BCRA no fabrique tantas como hacen falta, lo que sería no cumplir con su papel de acuñador y no sé si será ilegal, pero por lo menos se le acerca.

La otra es que fabrique las suficientes pero alguien las acapare. Y eso sí debe ser ilegal ¿no?

Encima ese sistema de pagar el colectivo con monedas que se quedan guardadas en una máquina hasta que las vacían debe crear unos cuellos de botella impresionantes.

Un mecanismo mal diseñado al que yo odio, en todo caso.

Ulrich dijo...

Con esto de las monedas, la capital y el área metropolitana están a la retaguardia de todo el país en cuanto a sistemas de pago de transporte. En muchas provincias y ciudades más chicas hay sistemas de tarjetas prepagas.

Hay dos hipótesis que podrían explicar esto que pasa, y no son mutuamente excluyentes: una, que las viejas monedas (las acuñadas hasta el 98 o '00) estén siendo acaparadas porque tenían mucho cobre. La otra -que bien podría ser complemento de la primera- es que ante la escasez hay acopio por parte de gente que trabaja con las monedas.

Como soy un aficionado a la game theory, tiendo a descreer de las conspiraciones: son equilibrios demasiado precarios!

Me sorprende que hablen abiertamente de "ilegalidad" el que un cuentapropista o un piojo cualunque cambie monedas por billetes a cambio de un pequeño porcentaje: mientras no implique intermediación financiera, no veo dónde está lo atrozmente ilegal. Si yo te cambio cien pesos en monedas, te estoy haciendo un favor, y no conozco ley que diga que eso no puede remunerarse.

Obviamente, esta gente no factura. Y entonces los puede agarrar la DGI! Pero vamos, que de esa no se podría salvar nadie.

Musgrave dijo...

La escasez no es real. El BCRA dice que en 2007 inyectó al mercado 28.700 millones de pesos en monedas.

Es por el cobre. Ana usted ya estaba afuera pero en el 89-90 pasaba lo mismo.

Urlich, el dinero es propiedad del Estado, que un particular lo venda no es delito?

Mi new job es en Ensenada, a 7km de La Plata.

Ulrich dijo...

Sí habría delito si esta gente USARA el metal -desamonedando las monedas, valga la palabreja-, o lo adulterara. Pero lo que hacen no me parece que encaje en los tipos penales, y para serle franco, no me parece para tanto.

Los que juntan monedas y las cambian no me parece que hagan nada raro. Es una forma proletaria del transporte de caudales.

Ahora, si usted me encuentra a unos cuantos tipos que tienen todo armado, ahí ya está pasando otra cosa.

También yo tengo entendido que no es culpa del BCRA... debe ser que alguien se está guardando las que tienen cobre.

Ana C. dijo...

Pero entonces hay un vacío legal, Ulrich. Dar cambio es una especie de servicio público, tiene que ver con una de las funciones básicas del dinero en la sociedad, la de funcionar como medio de circulación y medio de pago para favorecer los intercambios. Y los billetes y las monedas tendrían que valer por lo que dicen.

Que se cobre una comisión de entre el 6% y el 8% (una tasa bastante alta, por otro lado) para cambiar los billetes en monedas, nos dice que el valor real de las monedas –sea por el cobre o sea porque la demanda es superior a la oferta– es superior a su valor nominal y también al de los billetes y nos está demostrando que ahí hay otro problema que el BCRA se tendría que encargar de resolver de alguna forma.

A mí sí me parece para tanto, la verdad. La última vez que estuve en Argentina, quería tomar un colectivo y me recorrí todos los bares del lugar para conseguir cambio. Estuve como una media hora intentándolo sin éxito hasta que al final me aburrí y me tomé un taxi.

Yo estaba de vacaciones y me podía tomar un taxi, pero imagínese la suma de las medias horas de todos los porteños que pierden tiempo todos los días haciendo eso.