No sólo en Argentina se discute el problema de los costos de salud. De manera un tanto sensacionalista, nos enteramos que es una preocupación seria también para los Estados Unidos -vía Michael Moore, en este documental, aunque sus loas a Canadá son desmentidas por esta otra-, y que forma parte de las campañas políticas que todavía permanecen sin definición.
Uno de los puntos centrales de todos los políticos y técnicos que opinan al respecto es la reducción de los costos de salud por paciente. Los costos superfluos se atribuyen a varias razones: la medicina defensiva, malas políticas remunerativas de las prácticas médicas, entre otras muchas. Pero una de las principales causas, se sostiene, es el escaso cuidado de la salud por parte de las personas.
El argumento es simple: la gente con malos hábitos de salud es más propensa a sufrir enfermedades, y de esa manera imponen mayores costos al sistema de salud. Esto se pretende remediar de muchas maneras: algunas implican una penalización a ciertos grupos -como a los fumadores- a través de mayores períodos de carencia de cobertura o precios más altos, o por restricciones de cobertura.
Más allá de la legalidad de ciertas iniciativas de los prestadores de seguros y coberturas de salud, todo esto parece estar basado en el sentido común. El que, una vez más, puede ser desmentido por la contrastación empírica.
Según se puede leer en este post reciente del law, la vida saludable puede significar mayores costos al sistema de salud! En efecto, un estudio realizado en Holanda y publicado aquí señala que la reducción de la obesidad y el tabaquismo puede significar, paradójicamente, mayores costos de salud per capita. La mayor expectativa de vida de la persona sana implica, a la larga, mayores gastos: estas personas, que en Holanda pueden aspirar a llegar a los 84, requerirán más gastos que los fumadores (que llegan a los 77) o los obesos (80 añitos).
Es decir que esos cuatro años salen carísimos!
La conclusión, en todo caso, no es que haya que fomentar hábitos indeseables para gastar menos. Sino que hay que abandonar -o al menos relativizar- la discusión sobre el costo per capita, y concentrarse en la eficiencia del gasto. Y por ende la discusión no debe girar tanto alrededor de los montos brutos de gasto en salud, o de la comparación cruda de dólar contra dólar, sino hilar un poco más fino y discriminar la eficiencia de los gastos según parámetros como edad o algo equivalente, para evitar sumar peras con nueces. No se debe evaluar de la misma manera 100 dólares gastados per capita en menores de treinta años que en mayores de setenta, ya que es natural que los mayores requieren un gasto mayor.
Uno de los puntos centrales de todos los políticos y técnicos que opinan al respecto es la reducción de los costos de salud por paciente. Los costos superfluos se atribuyen a varias razones: la medicina defensiva, malas políticas remunerativas de las prácticas médicas, entre otras muchas. Pero una de las principales causas, se sostiene, es el escaso cuidado de la salud por parte de las personas.
El argumento es simple: la gente con malos hábitos de salud es más propensa a sufrir enfermedades, y de esa manera imponen mayores costos al sistema de salud. Esto se pretende remediar de muchas maneras: algunas implican una penalización a ciertos grupos -como a los fumadores- a través de mayores períodos de carencia de cobertura o precios más altos, o por restricciones de cobertura.
Más allá de la legalidad de ciertas iniciativas de los prestadores de seguros y coberturas de salud, todo esto parece estar basado en el sentido común. El que, una vez más, puede ser desmentido por la contrastación empírica.
Según se puede leer en este post reciente del law, la vida saludable puede significar mayores costos al sistema de salud! En efecto, un estudio realizado en Holanda y publicado aquí señala que la reducción de la obesidad y el tabaquismo puede significar, paradójicamente, mayores costos de salud per capita. La mayor expectativa de vida de la persona sana implica, a la larga, mayores gastos: estas personas, que en Holanda pueden aspirar a llegar a los 84, requerirán más gastos que los fumadores (que llegan a los 77) o los obesos (80 añitos).
Es decir que esos cuatro años salen carísimos!
La conclusión, en todo caso, no es que haya que fomentar hábitos indeseables para gastar menos. Sino que hay que abandonar -o al menos relativizar- la discusión sobre el costo per capita, y concentrarse en la eficiencia del gasto. Y por ende la discusión no debe girar tanto alrededor de los montos brutos de gasto en salud, o de la comparación cruda de dólar contra dólar, sino hilar un poco más fino y discriminar la eficiencia de los gastos según parámetros como edad o algo equivalente, para evitar sumar peras con nueces. No se debe evaluar de la misma manera 100 dólares gastados per capita en menores de treinta años que en mayores de setenta, ya que es natural que los mayores requieren un gasto mayor.
12 comentarios:
En realidad, no se sabe muy bien del todo. Por un lado es cierto que el gasto en salud de los ancianos es bastante alto, pero lo que no se sabe con toda certeza es si con la mejora en la esperanza de vida y los buenos hábitos también se consigue mejorar la esperanza de vida con buena salud. Y entonces el gasto no aumentaría tanto...
Ademas habria que hacer el calculo completo y comparar las distintas eficiencias laborales del "sano" vs la del "enfermo".
¿cuanto cuestan los 5 minutos por pucho por fumador en terminos del PBI?
Ana, no quise meterme en la cuestión costo-beneficio de la dirección del gasto. Porque con un presupuesto limitado -TODOS son limitados- tenemos que elegir cuánto disponemos para los chicos, los adultos y los ancianos. Si presupuesto cincuenta millones para Parkinson, es obvio que he elegido pensando en adultos mayores, lo que quizás no sea una buena idea si tengo índices altos de mortalidad infantil.
Pero bueno, decir estas cosas no te ganan amigos, lamentablemente.
Ele, sabía que han calculado el costo de oportunidad de cada paquete de cigarrillos que uno fuma? Lo situaron entre los 200 y los 400 USD. Será por eso que dicen ahora en EEUU que fumar es visto como "cosa de pobre".
Aquí va el link al tema de los cigarrillos.
estos economistas!!!
igual siguen sin responderme cuanta plata pierde en terminos de pbi un pais por el tiempo que los trabajadores pierden en los pasillos fumando
Es claro que con la mejora en la esperanza de vida los costos en salud tienden a aumentar. El agravante es que, además, los años más caros en esos términos coinciden con el período no productivo de la historia de los individuos.
En cuanto a la administración de los recuros, coincido con Ulrich en que no se trata de reducir lo que se gasta en términos absolutos sino en términos de costo efectividad. Para medirla y para comparar existen indicadores del rendimiento de los gastos en términos de "años de vida ganados ajustados por calidad", "años de vida ajustados por discapacidad" y "años de vida potencialmente perdidos".
Por otro lado, lo que pregunta elemaco acerca del impacto sobre el pbi por el tiempo perdido en fumar en los pasillos también es cuestión de economistas: son las externalidades de los hábitos no saludables y de las enfermedades.
Recordemos, además, que los gastos también tienen externalidades positivas y que, por decir algo, cuando se gasta en el cuidado de los obesos, los fumadores y los viejos se está haciendo algo por el resto del núcleo familiar.
por dios, cuántas veces usé "términos"!!!
Yo no sé si pensaba en términos de costo-beneficio. Lo que quería decir es que es cierto que la esperanza de vida aumenta, pero al mismo tiempo aumentan los años de vida con buena salud o, como lo llama Mauli "los años de vida ajustados por discapacidad". Eso quiere decir que se puede alargar la vida en el mercado de trabajo y la gente en lugar de jubilarse a los 60 o 65 años podría jubilarse a partir de los 70. La vida más larga y más sana se consigue con políticas de prevención que, como todo el mundo sabe, son muchísimo más baratas que los tratamientos costosísimos a los que nos estamos acostumbrando.
Bah, a lo mejor sí era algo de costo y beneficio.
Debe ser medio difícil calcular eso en % del PIB, Elemaco, pero dale.
Ana C, tiene un punto, más esperanza de vida debería alargar la vida laboral o productiva.
Elemaco, dejar que los fumadores se tomen 5 mejora su productividad. imaginate un fumador que pasa 8 horas laburando sin pitar.
Mauli, va seguir diciendo que no es economista?
Coincido con todo lo que dice Mauri, pero no entendí bien lo de las externalidades positivas del gasto. No digo que no las haya, pero no se me ocurren cuáles son, ¿quizás la mejor calidad de vida de los parientes del viejito sano?
Las campañas de prevención son lo más eficiente que hay, pero tienen un límite. Al depender de la conducta de las personas, hay factores que uno no puede fácilmente controlar. Igual, fíjense en la muchísimo menor cantidad de fumadores comparado con otras épocas, o la mayor cantidad de ex fumadores.
Un debate a punto de estallar es el de las edades jubilatorias. Hay que entender que si dejamos de trabajar a los sesenta y cinco las cosas no van a funcionar. Además, la ociosidad del jubilado es un factor de riesgo para la salud!
La edad jubilatoria debe aumentar, si !! Y debe premiarse la postergación de la jubilación vigorosamente, aumentando la prestación del jubilado que elija retirarse más tarde.
Que orgullo sentir que he pensado siempre como usted!
Basta de jubilados de 60/65 años. Hay que fortalecer las jubilaciones por invalidez, y como Vd. dice premiar a los que se quedan mucho tiempo.
Pero hay un problema. ¿Un empleador tiene que mantener un trabajador mayor a 65? Ahí vienen mis dudas... Creo que no puede alterarse la opción que tiene de intimarlo a jubilarse en el año siguiente. Imagínese que un empleador tiene un carcaman de empleado que quiere quedarse y necesita cubrir el cargo con alguien jóven, pero aquél prefiere quedarse por la mejor jubilación... hmmmm... se pone complicado allí el tema.
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