Hablando de otra generación, que Roger Daltrey, cantante de The Who, pretenda que el Reino Unido extienda el copyright en favor de los intérpretes (no de los autores) a 95, como la Sonny Bono-Mickey Mouse Act de los EEUU, suena casi como una broma barata.
"¡Quién sabe si todas estas cosas no son disparatadas! Pero mire usted, doctor: las cosas importantes dependen regularmente del hecho de tomarlas en serio." Robert Musil, El hombre sin atributos
jueves, febrero 14, 2008
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2 comentarios:
La "era de los clásicos" empieza donde termina el copyright. Las editoriales reeditan "Los viajes de Simbad", las radios pasan "La cumparcita" y los teatros reponen Shakespeare porque no hay que pagarle a nadie. Una extensión excesiva del derecho de autor provocaría que los que estan aún de moda dejen de estarlo antes de ingresar a la "era clásica" en la cual los medios los repondrían porque no pagan un sope por ello.
Sería contraproducente.
La gente del proyecto Gutenberg ha estado muy activa en este tema, antes de la sanción de la infame Sonny Bono Act. Calculaban que las obras que todavía rendían un royalty después de setenta años de muerto el autor era, porcentualmente, casi inexistente. Obviamente que conocemos las excepciones, pero justamente porque son los casos famosos. El resto del universo queda afuera. Y eso le complica tanto la vida a los editores que quieren hacer una antología o rescatar obras de autores olvidados que, simplemente, abandonan la idea.
Por eso le digo: es contraproducente. El derecho de autor, pasado ciertos límites, es un obstáculo para la circulación de ideas, y no supone incentivo alguno para el autor. ¿Quién escribe un libro esperando que le rinda royalties a sus bisnietos hasta los 95 años después de muerto? ¿Cuál es la tasa de descuento asumida para los autores, para que esos "ingresos" futuros e hipotéticos sean relevantes? ¿el 0,1%?
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