La evidencia histórica sugiere que los puritanos ingleses, al menos en los principios, no entendían nada de economía. Cuando ese incomprendido reformista de la Inglaterra post-católica llamado Oliver Cromwell ilegalizó el juego y las apuestas bajo su Protectorado, quizás no supo que impidió el florecimiento de una industria contracíclica. Y tal vez esa intolerancia a un negocio legítimo fue la causa del brevísimo protectorado de su hijo Richard.
Aquí, en cambio, seguimos abriendo casinos y potenciando esta industria. Algo que quizás venga bien para el momento en que veamos una retracción en el ciclo económico, como parece probarlo el caso de Las Vegas.
3 comentarios:
Vamos Ulrich, no sea amargado. Con lo lindo que es buscar la salvación en la voluble Fortuna!
O Fortuna velut luna statu variabilis, semper crescis y todo eso.
Un saludo.
el juego y las sectas religiosas, dos industrias que florecen en la carestía !
Steve, con latin mal citado no va a avanzar su causa pro juego.
Ulschmidt, el de las sectas es otro caso de actividad contracíclica! Habría que ver la relación entre lo que prometen y su mayor grado de captación... creo que las rige la misma lógica.
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